¿Te has fijado? ¡Con cuanta celeridad declaramos la inminente e innegable muerte de una moneda!
Hace apenas unos cuantos meses, (podría decir casi, casi, semanas) no había noticiario, noticiero ni espacio donde no se hubiera planteado, analizado o de perdida comentado la inminente desaparición del dólar americano.
Hoy, tras un repunte del dólar del 14% y un fuerte incidente en uno de los 16 países de la eurozona, ahora la pregunta es ¿Cuándo se morirá el euro?
¡Si el euro!, la misma moneda que hace a penas, 7 semanas antes, era vista como uno de los principales candidatos en la sucesión al dólar en su rol de moneda pivote (o referencia).
Presumir la desaparición o desuso del euro, es con todo y todo, mucho más entendible, pues es una moneda relativamente joven, y que tiene un escenario mucho más complicado para funcionar en el mundo (pues requiere de mantener a 16 países más o menos sincronizados y todos puestos de acuerdo), sin embargo creo que si es importante hacer esta observación.
No nos dejemos llevar por esos ojos inyectados y voces amenazantes que claman por la desaparición de una u otra moneda, mucho menos la del dólar.
El día de hoy, las monedas se sustentan en la confianza, y lo mismo que una golondrina no hace primavera, Grecia no es toda Europa.
Pienso que la situación en Grecia es muy grave, de eso no hay duda, que la reacción de sustento ha llegado un tanto tarde y sobre todo muy cantada (regañando demasiado en lo público a Grecia) como para calmar al mercado, sin embargo, no pienso que el problema sea más grande que a lo mucho la posible desalineación de los helenos al euro-bloque. Tomemos en cuenta lo que pasó en 1992 con Inglaterra y el miércoles negro, no desapareció el ERM ni se abandonó el proyecto del ECU (que hoy es el euro), lo único que sucedió es que aprendimos que este es como “la cola de la conga” y quien no pueda seguir bailando, que se siente en su lugar, a tomarse un refresquito.